Historia de La Educación en Los Mina Sur Centro Educativo Salomé Ureña (Capítulo II,10-13)
Centro Educativo Salomé Ureña
Ubicado en la Calle
Juan Pablo Duarte, Número 3, drente a frente al Centro Educativo doctor Tejada Florentino del Sector Invi, en Los Mina.
La directora del
Centro es la licenciada Rosanna Valdez.
Solo labora en la
tanda Matutina, ya que en la tanda vespertina funciona el Colegio INATEC.
El Centro en el año
escolar 2016-2017 tiene una matrícula de 200 estudiantes y 14 maestros se
encargan de dar la docencia.
Este centro educativo además tiene 25 aulas
que son usadas también por el Colegio
INATEC, en la tanda vespertina como se
dijo anteriormente.
El director del
Colegio INATEC, es el licenciado Moisés Gros.
El nombre del
Centro Educativo debe su nombre a
Salomé
Ureña de Henríquez
El Centro Educativo debe su nombre a Salomé Ureña
de Henríquez.
Nació en Santo Domingo 1850 y
murió en el 1897.
Poetisa dominicana que creció en
el seno de una familia culta, la cual propició su formación literaria. Sus padres
eran Nicolás Ureña de Mendoza y Gregoria Díaz de León. Con 20 años, se casó con
Francisco Henríquez y Carvajal, médico y político que llegaría a presidente de
la nación. Con él tuvo cuatro hijos: Francisco, Pedro, Max y Camila.
Autora de una brillante obra
lírica que, en unión a la de José Joaquín Pérez y Gastón Fernando Dedigne,
constituye la producción de la denominada "trilogía de los poetas
mayores", dejó parte de su legado intelectual y artístico en la formación
humanística que impartió a sus hijos, entre los cuales destacaron especialmente
Max y Pedro.
En su condición de escritora,
Salomé Ureña desplegó una intensa actividad poética que, enmarcada en los
modelos formales y estilísticos de la centuria anterior (sencillez y claridad
expresivas, moldes estróficos clásicos y equilibrio propio de la literatura
neoclásica), se adentró al mismo tiempo en los tonos románticos de su tiempo y
se ocupó, desde sus contenidos temáticos, de los anhelos e inquietudes del
hombre antillano de la segunda mitad del siglo XIX. Entre sus principales
preocupaciones temáticas figura, en primer lugar, la reflexión ética acerca de
la patria, a la que la autora profesa un desmesurado amor que queda plasmado en
su consagración al trabajo y a la sabiduría como elementos indispensables para
el progreso de su pueblo.
Precisamente, este interés por el
progreso constituye el segundo gran núcleo temático de la obra de Ureña de
Henríquez, encauzado en dos vertientes bien definidas: por un lado, la
confianza ciega del hombre decimonónico en los métodos positivistas, que no sólo
habrían de traer los avances técnicos y las mejoras en la calidad de vida, sino
también un progreso ético y social que se traduciría en el derribo de las
fórmulas políticas dictatoriales y el advenimiento de nuevos regímenes
democráticos; y, por otro lado, la fe de la autora no sólo en los cambios del
momento presente, sino en el rutilante porvenir que, en el caso de imponerse
definitivamente éstos, le espera a la patria (y, en general, a todas las
naciones hermanas de habla hispana).
Junto a los temas del amor a la
patria y la fe en el progreso moral y material de su nación, en la poesía de
Salomé Ureña de Henríquez aparecen también constantes referencias a los
pequeños aconteceres domésticos, transformados -merced a la exquisita
sensibilidad de la autora- en elocuente material poético. Se configura así, en
conjunto, una producción lírica de deslumbrante fuerza, claridad y vigor
expresivo, que sorprende por su acento animoso y vitalista no sólo en aquellas
composiciones centradas en la exaltación de la patria y la historia dominicana
contemporánea, sino también en los poemas que, pese a su alcance más íntimo o
doméstico, no dejan de llevar dentro ese anhelo de hallar una identidad
nacional que contribuya a la definitiva consolidación del pueblo dominicano como
una sola patria.
Este afán a la vez ético y
artístico quedó patente también en las múltiples y fecundas actividades
pedagógicas que realizó, a lo largo de su breve existencia, Salomé Ureña de
Henríquez. Discípula del gran escritor y educador puertorriqueño Eugenio María
de Hostos, desplegó una infatigable labor pedagógica que se manifestó no sólo
en su acceso a las cátedras más prestigiosas de la nación dominicana, sino
también en sus constantes esfuerzos encaminados a fundar el mayor número
posible de centros destinados a la formación superior de las mujeres de la isla
antillana. Así, en 1887, asistió a la inauguración del Instituto de Señoritas,
cuya fundación había promovido y del que seis años más tarde salieron las seis
primeras maestras de República Dominicana.
Sus composiciones poéticas,
dispersas en hojas volanderas entre amigos y conocidos, o en páginas de
periódicos y revistas de la época, vieron la luz finalmente en un valioso
volumen recopilatorio publicado bajo el título de Poesías de Salomé Ureña de
Henríquez (1880). Ya bien entrado el siglo XX, el interés que seguían
suscitando los versos de la poetisa dominicana aconsejó una edición de su obra
lírica en España, publicada bajo el epígrafe genérico de Poesías (1920),
libro al que siguieron otras ediciones tan ricas y exhaustivas como Poesías
completas (1950), realizada en conmemoración del primer centenario del
nacimiento de la autora.
Gracias a la directora del Centro
licenciada Rosanna Valdez, por
suministrarnos gran parte de la información
Muy buen aporte en honor a la memoria de esa valiosa e ilustre Mujer, orgullosamente Dominicana
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