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La Historia de Los Tres Brazos: La Casa Rosada (Capítulo IV, 2-2)


Historia de La Casa Rosada en Los Tres Brazos


Por considerarlo importante para la Historia de La Casa Rosada en Los Tres Brazos, incluiré este artículo del periódico El Nacional del 24 mayo 2015

 

En Casa Rosada niños con VIH viven situación de precariedad.


Entre la precariedad económica y el amor desinteresado de un grupo de religiosas católicas conviven 28 niños y adolescentes afectados del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) en La Casa Rosada, en un modesto edificio de tres niveles, en el sector Los Tres Brazos, en Santo Domingo Este.


Los ocupantes de ambos sexos, cuyas edades oscilan entre cero y 15 años, son huérfanos o fueron abandonados en los hospitales y en las calles por causa de la enfermedad.

 

Con un presupuesto estatal de RD$125,000 un equipo de pediatras, enfermeras, psicólogos, trabajadoras sociales, profesores, odontólogos, niñeras, personal de apoyo y voluntarios trabaja 24 horas para garantizar a los internos una vida digna y reducir casi a cero el número de muertes como consecuencia del virus.


Solo pagar los sueldos a 42 empleados cuesta más de RD$230,000 mensuales.



La demanda de alimentos, medicinas, pañales desechables, ropa, detergentes, mobiliario, juguetes, vitaminas, pastas dentales y otras necesidades es suplida a través de donaciones voluntarias que apenas alcanzan.

 

La estrechez económica del centro, administrado por religiosas de la orden Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, impide que otros niños tengan acceso a sus servicios.

 

Los ministerios de Educación y Salud Pública pagan las maestras y las enfermeras, pero no es suficiente.

 

“El otro personal y los demás servicios los pagamos con donativos, gracias a la generosidad de la gente”, afirmaron Sor Josefina Almánzar, directora de la institución y su asistente Yohaida Fermín, durante un recorrido por el centro.


“Hemos visitado casi todas las instituciones pidiendo un aumento de subvención, que nos nombren el personal que tenemos, porque así podemos dar calidad de vida a los niños”, indicaron.



Contaron que acaban de rechazar una solicitud del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (Conani) para ingresar a otros 4 menores.

 

Argumentaron que la casa sólo dispone de 6 enfermeras para cubrir 3 turnos de 8 horas cada uno, cifra que consideran insignificante “para un trabajo tan duro”.

 

“Hemos solicitado a Salud Pública y a Conani nos nombre niñeras o enfermeras para cubrir esos turnos, pero no hemos recibido recursos. No hemos tenido ninguna respuesta”, se quejaron.


También han buscado apoyo económico y logístico del director del Consejo Presidencial del SIDA (Copresida), Víctor Terrero y la primera dama de la República, Cándida Montilla de Medina, sin obtener respuestas.

 

“Necesitamos con urgencia ese apoyo, porque a esos niños los tienen en los hospitales esperando”, manifestaron Almánzar y Fermín.

 

Otro problema consiste en buscarle alojamiento, comida y medicinas a dos jóvenes de 14 años que, por razones de edad, deben salir de la casa.

 

Sin embargo, Conani ni ninguna otra institución atiende a sus requerimientos de ubicarlos. “Estamos buscándoles comida y acogida y no aparecen”, indicaron.

 


Sueño hecho realidad

 

La Casa Rosada es el sueño hecho realidad de Loly, una niña huérfana, de 6 años de edad, que heredó de sus padres el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida).

 

“Soñé que vivía en una casa rosada junto a mis hermanitos”, contó la infante, refiriéndose a los 50 niños que vivían desde principios de 1990 en el Hogar Mary Loly, también en Los Tres Brazos.


Inmediatamente, las religiosas que administraban el hogar comunicaron el sueño de Loly a la comunicadora María Asela Álvarez, quien junto a su madre, Ena Lebrón de Álvarez, buscó fondos internacionales para fundar la institución, que abrió sus puertas el 9 de julio del 2001.

 

A ese esfuerzo se sumaron la parroquia Santa Luisa de Marillat, la congregación Hijas de la Caridad y la comunidad Los Tres Brazos.

 

“Se movilizó la comunidad de Los Tres Brazos completa”, expresaron Almánzar y Fermín, durante el recorrido.



Desde entonces, más de 200 niños enfermos y abandonados a su suerte han encontrado en ese centro una familia que les brinda amor, asistencia médica, psicológica y una educación integral que incluye enseñanza preescolar y básica, idiomas, deportes, artes, diversiones y la obediencia a Dios.

 

Sor Josefina Almánzar definió la Casa Rosada como “una familia educativa-sanitaria que desde el carisma de San Vicente y Santa Luisa acoge con amor a niños y niñas VIH positivos”.

 

Su principal objetivo es proporcionarles tratamientos antiretrovirales para evitar que mueran. Está ubicada en avenida Prolongación Venezuela esquina Isabel Agüero, Los Tres Brazos.


Loly no pudo ver concretado su sueño, porque murió en 1999, a los 13 años, como muchos otros niños que en esa época no tenían acceso a los retrovirales que mantienen controlado el virus del Sida.

 

“Ella, desde el cielo, ve cómo estamos haciendo su proyecto realidad”, expresó Fermín.

 



Un primer esfuerzo

 

Previo a La Casa Rosada, en 1993 nace el Hogar Mary Loly para acoger a niños con VIH y Sida, hijos de personas víctima del virus, en una época en que había poca conciencia sobre la forma de contagio del mortal virus.

 

“Los niños eran rechazados por las familias, en los hospitales y no tenían condiciones de vida digna. Esos niños morían de manera indigna”, recordó Fermín. El hogar llevó el nombre de Mary y Loly, las dos primeras niñas que ingresaron.

 

Como las investigaciones sobre la infección no estaban suficientemente avanzadas los niños tenían un promedio de vida de 6 años.



Tan pronto los niños cumplen 14 ó 15 años deben salir de la Casa Rosada y la institución hace una gran inversión en tiempo y recursos económicos identificando sus hermanos, abuelos, tíos, para que se hagan cargo de ellos. “Normalmente, nos traen informes que dicen que los niños no tienen familia. Entonces, vamos al hospital donde han sido abandonados y encontramos ahí datos sobre la familia. La mayoría de las veces encontramos un familiar”, precisa.

 

“Entonces, hacemos un trabajo social y psicológico con ellos hasta que empieza la integración del niño con su familia”.

 

Si el adolescente es rechazado por la familia tiene la posibilidad de ser apadrinado o adoptado, a través del Conani.


La excepción es una joven minusválida de 23 años, cuya familia no quiere recibirla en su seno.

 

“No quieren recogerla por mucho que hemos insistido y no podemos tirarla a la calle”, precisa sor Josefina Almánzar.

 

Contó que la joven llegó a La Casa Rosada con 8 años de edad, luego que sus padres murieran de Sida.

 

“Ella tiene hermanos mayores que ni siquiera la visitan”, señaló.

 



Desde 1993 las religiosas han devuelto 150 jóvenes.

 

También, han devuelto 11 niños curados y han enterrado otros 11.

 

La Casa Rosada acoge a los huérfanos con VIH con edades entre 0 y 6 años.

 

También, a quienes tienen una discapacidad, aquellos que no cuentan con familia o tutores que les protejan. 


La institución no acepta a niños con discapacidad física o psíquica que les incapacite para la vida ordinaria.

 

Una ayuda que cambió su historia

 

La mayoría de las donaciones en dinero y especies que recibe La Casa Rosada son anónimas y proceden del país y el extranjero.

 

Llegan cajas de ropa, alimentos, medicinas, juguetes, golosinas, entre otras donaciones.

 

Algunas personas lanzan sobres con dinero por debajo de las puertas de la institución.




Sin embargo, la salud de los habitantes de La Casa Rosada comenzó a mejorar significativamente con las donaciones de medicamentos y vitaminas que mes por mes les llegan de la empresa norteamericana 4 Life.

 

“Son productos muy costosos que nos ayudan a elevar sus defensas y estabilizan su salud”, manifestó Fermín tras señalar que los niños llegan al lugar en condiciones de salud deplorables.

 

“Estamos viviendo una nueva etapa en La Casa Rosada.


Ahora tenemos niños y jóvenes más rojitos, más fortalecidos”, siguió diciendo.


Para el próximo lunes 27 de diciembre de 2021 publicaré la historia de la Salud en Los Tres Brazos. 

 

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