Historia del Río Ozama; Ha Sido Inspiración de Poetas Dominicanos (Cap XIX)
Breve Antología
del río Ozama.
El río Ozama es
uno de los cuatro ríos más importantes de la República Dominicana. Su
desembocadura atraviesa una gran parte de la ciudad de Santo Domingo. Al igual
que el Sena, el Mississippi u otro famoso río, el Ozama ha sido fuente de
inspiración para poetas dominicanos de diversas generaciones.
La anterior, es
una breve antología que reúne una serie de textos relacionados con el río y a
través de la que se puede observar los versos que el Ozama ha inspirado y los
cambios y las transformaciones que se han presentado en la lírica que lo evoca.
Como todas las
antologías, se encuentra incompleta.
Hay que destacar
el apartado de los Ensayos Poéticos de Francisco Javier Angulo Guridi de
1843, dedicado al río Ozama; ciertos
versos del padre de la Patria Juan Pablo Duarte; la descripción del río y de la
zona colonial que aparece en el poema
Pez Rojo de Lupo Hernández Rueda.
La vuelta al hogar
Por José Joaquín Pérez (1874)
Ondas y brisas,
bruma, rumores, suspiros y ecos del ancho mar, ¡adiós! que aromas de puras
flores, ¡adiós! que todo cuanto se alcanza, dicha, esperanza, y amor me llaman
allá en mi hogar.
¡Ya ve el
proscrito sus patrios lares! ¡Ve azules cumbres lejos sombrear grupos de
nieblas crepusculares, y el ansia siente del paraíso que darle quiso Dios en el
seno del dulce hogar...!
Si peregrino, si
solitario, otras regiones se fue a cruzar la ley temiendo de un victimario, ¿el
caos qué importa si un sol luciente brilla en su frente y hoy sonriendo vuelve
al hogar?
¡No más torturas
en su alma libre! ¡No más memoria de su pesar! ¡No el odio estéril sus rayos
vibre, que el patriotismo ya sólo espera por vez primera calma y consuelo bajo
el hogar!
Virgen de
América, suspiradora cautiva indiana, vuelve a gozar; si atrás hay sangre, luz
hay ahora... Ayer el hierro y hoy es la idea... ¡Tu gloria sea ver a tus hijos
junto al hogar!
¡Cuán bella eres
acariciando todos unidos los que al vagar, errantes unos y otros luchando,
sufrieron ruda la tiranía que hacer quería huérfanos tristes sin pan ni
hogar...!
¡Ya no hay
festines patibularios! ¡Ya no hay venganzas con que saciar su vil
conciencia crueles sicarios!
¡Ya no hay
vencidos ni vencedores! ¡Sólo hay de flores castas coronas en el hogar...! ¡Mi
dulce Ozama! ¡Tu bardo amante a tus riberas torna a cantar, y tras él deja, por
ti anhelante, lejanos climas y humilde historia, tierna memoria del peregrino
vuelta al hogar...!
¡Bajo tus ceibas
y tus palmares, sobre tu césped y entre
el manglar aún se oye el eco de los cantares de aquella infancia, fugaz, que en
horas engañadoras llenó sus sueños de amor y hogar!
Y, ¡ven! le dice
cada paloma tímida y mansa que ve cruzar desde la cumbre de enhiesta loma,
cuando las alas tiende y su arrullo mezcla al murmullo del río que baña su
dulce hogar.
Y, ¡ven! le dice
ronco el estruendo que hace en las rocas lejos el mar...
¡El mar!, que un
día su adiós oyendo fue de ola en ola su adiós llevando, luego tornado con
hondos ayes del pobre hogar.
¡Y todo cuanto su
ser le diera! ¡Ven! dice el polvo que va a besar donde mañana como postrera
ráfaga cruce su vida breve, donde se eleve su tumba humilde junto al hogar.
Así, -suspiros,
brisas, rumores, lánguidas ondas y ecos del mar-, adiós decidme, que todo:
amores, gloria, esperanza, paz bendecida, tiene hoy la vida del pobre bardo
vuelto al hogar...
Romance al Río
Ozama Por Juan Sánchez Lamouth (1968)
Para la señora
Esperanza Burgos de Veloz.
Ozama hermano
triste, río obrero del tiempo, sé que tu arquitectura al alejarse del amor del campo, marcha silente
por la vida urbana con tu oratoria llena (de hojas secas) marcha entre la
primavera azul del puerto narrando tus penas a los marinos que te contemplan
ebrios de goletas.
Por tu horizonte
de peces, por la brisa que besa tus corrientes; deseo preguntarte río maestro
que aún conservas leyendas de los
colones y los filibusteros, si el pueblo
fue hasta ti, o fuiste tú que fuiste rumbo al pueblo.
Te saludo gran
río, lavandería aborigen formada entre los árboles, verdad que muchas veces tú pareces que lloras entre los campesinos los
problemas agrarios, de estos campos morenos de café y de tabacos o aquellos que
a los niños le brindan chocolates.
Ozama hermano
triste, saludo tu comienzo de manos jaboneras, saludos tus corrientes de música
botánica; saludo al mar Caribe que con sus sales locas te entrega un poema de
broncos pleamares, te canto en tu llegar cantando al rompeolas, hasta que te
disuelves entre las olas agrias.
Poema de
José Mármol al Ozama, Poema 24 al Ozama:
acuarela (plaquette con grabados de Rufino de Mingo, Madrid, 1990).
Superficie de
luces agotadas donde apenas el sonido de la sombra suena.
Yo te nombro
ciudad irreal hundida en la penumbra de un recuerdo invernal.
El Ozama que
fluye por cada objeto a la deriva es una historia.
El Ozama que sube
del fondo de la noche hacia mi palabra.
Un pez flota
suspenso entre la imaginación y un escarceo brillante de hojas secas.
El Ozama refugio
del miedo de la noche y de toda la pobreza de unos hombres.
Largo testimonio
de secretas temporadas de amor y de todo excremento vertedero.
Yo te nombro
ciudad irreal hundida en la penumbra de un recuerdo invernal.
Cuando en la
orgía de las horas oscuras no queda diferencia y el amanecer estalla en su
maravilla cotidiana.
Cuando el silencio penetra el aire ancho y el
murmullo de los troncos y las piedras.
El río que hay en
el Ozama empieza a sudar leche de luna y baba, empieza a mostrar sus ahogados,
sus ángeles suicidas.
Sus dioses
imperfectos.
Sus luases
orinados, sus vírgenes violadas por murciélagos y sapos, los lanchones de hueso
dejan la superficie cantando su retorno hacia lo profundo, todo mi cuerpo, toda
mi memoria contenidos por el río que corre en el Ozama.
Todo mi ser
desgonzado y transido.
Superficie de
luces diluidas donde ya no se oyen las rancias velloneras.
Yo te nombro
ciudad irreal hundida en la penumbra de un recuerdo fatal.
Técnica mixta
sobre puente vespertino Por Alexis Gómez Rosa
El puente que
cruza frente a mi casa une dos muertes.
Un puente
majestuoso, corre ve y dile, de imposible arquitectura.
El puente rojo:
cresta de nubes contra el Ozama tendido, abre ahora su horario de cangrejos y
estrellas por la espigada ruta de un ojo vespertino.
El puente sube a
nadar y hasta desaparece, llevándose los carros de concho y los perros hambrientos
los deseos de la tercera edad, sobre las aguas vidriosas del río de los malos
negocios.
(Aunque usted no
lo crea, es el mismo puente que atravesara veloz el amor hacia el banquillo del
juicio final con su llorada corona de suplicios).
Un puente lejano,
muy lejano, hecho de ceniza y tiniebla, se levanta frente a mis ojos bovinos,
estragados, que se chuparán esta tierra los huesos, de dos amantes aferrados a
su adiós.
Siete (7) composiciones Por Homero Pumarol en el año (2000)
Cuando se
precipita por las chimeneas dispuestas a llenar el cielo de chorros amanerados,
el humo lechoso hace estirar el cuello de toda la industria.
Los trazos pueden
verse claramente en el lomo desnudo del Ozama, que embarrado de aceite como un
mecánico tras escuchar la sirena de las seis en punto corre a todo dar a
emborracharse.
Any Other Night Por Juan Dicent (2006).
Esta noche es
como las otras, el río Ozama hiede a animales muertos ¿por qué las calles están
tan oscuras? En el carrito de hamburgers la cocaína tiene más demanda que la mayonesa.
Esta noche es
como las otras y Kurt Cobain y Jimi Hendrix
y Che Guevara en las paredes ¿qué
tengo en común con esta gente que corea cualquier canción de Los Héroes del silencio?
Esta noche es
como las otras, una mujer borracha baila exhibiendo su ombligo ¿cuál será su
nombre? Me llamo 1,500 pesos y un chorro
de cerveza le sale por las orejas.
Poemas de
Juan Pablo Duarte al Río Ozama.
Sirena del Rio
Ozama del 1 de mayo de 1865
Cuando supo que
había salido del suelo patrio el ejército español.“Cantad, alegres sirenas, Las del Ozama en la orilla, que ya
para él no hay cadenas ni ya para él hay mancilla.
No os cuidéis de
los cantares que aborta mi fantasía, ni de los negros pesares que rasgan el
alma mía.
Cantad, sirenas,
cantad, cantad un canto por mí, que anuncie la Libertad al suelo donde nací´´.
Romance
Era la noche
sombría, Y silenciosa y de calma; Era una noche de oprobio para la gente de
Ozama. Noche de mengua y quebranto Para la Patria adorada.
El recordarla tan
sólo el corazón apesara.
Ocho los míseros
eran que mano aviesa lanzaba, en pos de sus compañeros hacia la extranjera playa. Ellos que al
nombre de Dios Patria y libertad se alzaran;
Ellos que al
pueblo le dieron la independencia anhelada.
Lanzados fueron
del suelo Por cuya dicha lucharon; Proscritos, si, por traidores los que de
lealtad sobraban.
Se les miró
descender A la ribera callada, Se les oyó despedirse Y de su voz apagada Yo
recogí los acentos Que por el aire vagaban.
Rumor de río,
primera novela de Luis Martín Gómez publicada en septiembre de 2016
El periodista y
escritor Luis Martín Gómez publicó Rumor de río, su primera novela, ambientada
en los Doce Años de Balaguer.
“En el Ensanche
Ozama, barrio de Santo Domingo localizado a orillas del río Ozama, un grupo de
niños inicia la búsqueda de unas armas enterradas durante la Revolución de
Abril de 1965, incidiendo, sin proponérselo, en el desenlace fatal de una
célula guerrillera que luchaba contra el gobierno de los Doce Años de
Balaguer”, informa el autor, dos veces premio nacional de cuento y premio nacional
de literatura infantil.
Luis Martin Gómez añade que “el lector se entera
fragmentariamente de esta historia a través de los recuerdos que, muchos años
después, uno de los participantes en aquella búsqueda rescata para su padre,
que ha perdido la memoria. En ese recorrido hacia el pasado, surgen recuerdos
reales e imaginarios, algunos de los cuales el narrador-protagonista desea
olvidar”.
Rumor de río fue
editada por Mar de tinta, bajo el
cuidado de Laura Patricia Gómez. Está a la venta en Amazon.com y en el Museo
Memorial de la Resistencia Dominicana.
Sobre la obra, el
escritor y crítico José Alcántara Almánzar dice que “hace acopio de un
sinnúmero de referencias que permiten trazar el perfil sociocultural de un
momento histórico definido por la frustración y la amargura de un cambio
político abortado por la ocupación norteamericana y los Doce Años de Balaguer”.
De su lado, el
escritor y catedrático de literatura hispánica Danilo Manera afirma que “la primera novela de Luis Martín
Gómez es sobrecogedora. El autor nos
tenía acostumbrados a una escritura en gotas –de lluvia, de vinagre o de
miel. Ahora fluye como un río, draga las voces del barrio, con el recuerdo
que se escapa hacia el olvido disfrazándose de ficción. Es una bomba de relojería cargada de
sardinas. Son palabras apresadas en una redada de chichiguas”.
César Sánchez
Beras, diciembre de 2018
“Abuelo, llévame
al río”, es un cuento escrito con la finalidad de rescatar al río Ozama.
Y, según
anunciaron en una nota de prensa, está disponible para niños, padres y
profesores en la web del Banco Central, en la sección Voluntariado
Bancentraliano.
Los especialistas
en educación afirman que los cuentos son un poderoso instrumento en el
aprendizaje de los niños, porque sus historias y personajes ayudan a construir
valores en sus mentes y a perfilar sus actitudes ante las experiencias que les
ofrece la vida.
Es por esa razón,
explican, el Voluntariado Bancentraliano (VB), brazo social del Banco Central
de la República Dominicana (BCRD), editó el cuento, un trabajo que busca
concienciar a los niños y jóvenes de las escuelas básicas cercanas al
nacimiento del Ozama, sobre la importancia de proteger este importante río así
como las montañas y valles de su cuenca.
Una historia
envolvente.
El autor del
cuento es el escritor César Sánchez Beras, quien introduce a la lectura del
mismo con un lenguaje atrayente y de calidad expositiva en la historia del
abuelo Iván, un ser humano que alberga con el ejemplo valores, dedicación, amor
y respeto por el medio ambiente y los animales.
Se trata de un
personaje de sanas costumbres, que recibe la visita de su hija y sus tres
nietos, Alejandro, Eva y Santiago.
Es a partir de
ahí que se suceden situaciones tratadas con sutileza y humor, que desembocan en
la visita del viejo y los niños al río Ozama, al cual prometen salvar.
El texto es
complementado por bellas ilustraciones realizadas por el ilustrador Henry Cid,
quien imprime el valor de la sencillez y la armonía estética propios de los
cuentos infantiles, haciéndolo más atractivo.
En el texto de
fácil lectura el abuelo, lleno de sentimiento, consciencia y amor por la
naturaleza, describe el río Ozama a través de un poema que lee a sus nietos,
describiendo el río que no es muy largo, que parece serpiente, con barcos
arriba y peces abajo, las montañas alrededor, lo que va atrayendo a los nietos.
César Sánchez
Beras es un escritor oriundo de San Pedro de Macorís; al presente reside en
Lawrence, Massachusetts, Estados Unidos. César es ante todo poeta y decimero,
como él mismo afirma, pero también escribe obras infantiles y de teatro y, por
supuesto, cuentos. Su obra, El Sapito Azul, ganó el Premio Nacional de
Literatura Infantil (2004). Ese mismo año, su obra Días de Carne ganó el Premio
Nacional de Poesía Salomé Ureña de Henríquez, en la República Dominicana. César
es poeta laureado de Cambridge College, de Cambridge, Massachusetts.
El texto Abuelo
llévame al río tiene una especial significación para mí. A través de casi todos
mis textos infantiles, el medio ambiente y los recursos naturales, la
conservación del planeta y la vida en su forma más simple, son elementos
fundamentales de mi escritura. El Voluntariado del Banco Central me dio la
maravillosa oportunidad de aportar algo en ese sentido. El rescate del río
Ozama y de otros ríos importantes del país es una tarea de todos y que mejor
que hacer un llamado desde la literatura infantil, para los miles de niños y
niñas que viven en la zona donde nacen estos ríos y afluentes.
He vivido fuera
de la isla por 25 años, pero en ese tiempo he regresado tres veces por año al
país. Eso me ha dado una visión más o menos abarcadora de lo que somos y de lo
que soy en términos personales y como escritor. Me ha permitido poner en la
balanza lo que acontece dentro y fuera de la isla.
En gran medida
eso me ha dado una perspectiva más integral, si la comparamos con la visión de
un autor que no haya salido del país. Pero no he dejado de ser dominicano en
ningún momento ni he perdido mi identidad, diría que he sumado a las cosas que
ya tenía, las nuevas experiencias que se derivan de ver otras culturas, y eso
ha enriquecido mi visión como escritor.
Para el lunes 22 de marzo publicaré el Río Ozama y sus puentes
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