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Historia del Río Ozama; Ha Sido Inspiración de Poetas Dominicanos (Cap XIX)




El río Ozama ha sido utilizado en el arte, principalmente en la poesía, como símbolo del país. Muchos poetas escribieron poemas sobre el río cuando estaban fuera del país por razones políticas; cantaban al río para representar el regreso a su país. José Joaquín Puello, poeta dominicano del siglo XIX, escribió varios poemas en los que el nombre se utiliza para representar al país; dos de ellos son Ecos del destierro y La vuelta al hogar.

 


 

Breve Antología del río Ozama.                 


El río Ozama es uno de los cuatro ríos más importantes de la República Dominicana. Su desembocadura atraviesa una gran parte de la ciudad de Santo Domingo. Al igual que el Sena, el Mississippi u otro famoso río, el Ozama ha sido fuente de inspiración para poetas dominicanos de diversas generaciones.

 

La anterior, es una breve antología que reúne una serie de textos relacionados con el río y a través de la que se puede observar los versos que el Ozama ha inspirado y los cambios y las transformaciones que se han presentado en la lírica que lo evoca.

 

Como todas las antologías, se encuentra incompleta.

 


Hay que destacar el apartado de los Ensayos Poéticos de Francisco Javier Angulo Guridi de 1843,  dedicado al río Ozama; ciertos versos del padre de la Patria Juan Pablo Duarte; la descripción del río y de la zona colonial que aparece en el  poema Pez Rojo de Lupo Hernández Rueda.

  


La vuelta al hogar Por José Joaquín Pérez (1874)


Ondas y brisas, bruma, rumores, suspiros y ecos del ancho mar, ¡adiós! que aromas de puras flores, ¡adiós! que todo cuanto se alcanza, dicha, esperanza, y amor me llaman allá en mi hogar.


¡Ya ve el proscrito sus patrios lares! ¡Ve azules cumbres lejos sombrear grupos de nieblas crepusculares, y el ansia siente del paraíso que darle quiso Dios en el seno del dulce hogar...!

                              

Si peregrino, si solitario, otras regiones se fue a cruzar la ley temiendo de un victimario, ¿el caos qué importa si un sol luciente brilla en su frente y hoy sonriendo vuelve al hogar?

 

¡No más torturas en su alma libre! ¡No más memoria de su pesar! ¡No el odio estéril sus rayos vibre, que el patriotismo ya sólo espera por vez primera calma y consuelo bajo el hogar!

 

Virgen de América, suspiradora cautiva indiana, vuelve a gozar; si atrás hay sangre, luz hay ahora... Ayer el hierro y hoy es la idea... ¡Tu gloria sea ver a tus hijos junto al hogar!

 

¡Cuán bella eres acariciando todos unidos los que al vagar, errantes unos y otros luchando, sufrieron ruda la tiranía que hacer quería huérfanos tristes sin pan ni hogar...!

 

¡Ya no hay festines patibularios! ¡Ya no hay venganzas con que saciar su vil conciencia crueles sicarios!

 

¡Ya no hay vencidos ni vencedores! ¡Sólo hay de flores castas coronas en el hogar...! ¡Mi dulce Ozama! ¡Tu bardo amante a tus riberas torna a cantar, y tras él deja, por ti anhelante, lejanos climas y humilde historia, tierna memoria del peregrino vuelta al hogar...!

 

¡Bajo tus ceibas y tus palmares, sobre tu césped  y entre el manglar aún se oye el eco de los cantares de aquella infancia, fugaz, que en horas engañadoras llenó sus sueños de amor y hogar!

 

Y, ¡ven! le dice cada paloma tímida y mansa que ve cruzar desde la cumbre de enhiesta loma, cuando las alas tiende y su arrullo mezcla al murmullo del río que baña su dulce hogar.

 

Y, ¡ven! le dice ronco el estruendo que hace en las rocas lejos el mar...


¡El mar!, que un día su adiós oyendo fue de ola en ola su adiós llevando, luego tornado con hondos ayes del pobre hogar.

 

¡Y todo cuanto su ser le diera! ¡Ven! dice el polvo que va a besar donde mañana como postrera ráfaga cruce su vida breve, donde se eleve su tumba humilde junto al hogar.

 

Así, -suspiros, brisas, rumores, lánguidas ondas y ecos del mar-, adiós decidme, que todo: amores, gloria, esperanza, paz bendecida, tiene hoy la vida del pobre bardo vuelto al hogar...

 


 

Romance al Río Ozama Por Juan Sánchez Lamouth (1968)


Para la señora Esperanza Burgos de Veloz.

 

Ozama hermano triste, río obrero del tiempo, sé que tu arquitectura  al alejarse del amor del campo, marcha silente por la vida urbana con tu oratoria llena (de hojas secas) marcha entre la primavera azul del puerto narrando tus penas a los marinos que te contemplan ebrios de goletas.

 

Por tu horizonte de peces, por la brisa que besa tus corrientes; deseo preguntarte río maestro que aún conservas  leyendas de los colones y los filibusteros, si el pueblo fue hasta ti, o fuiste tú que fuiste rumbo al pueblo.

 

Te saludo gran río, lavandería aborigen formada entre los árboles, verdad que muchas veces  tú pareces que lloras entre los campesinos los problemas agrarios, de estos campos morenos de café y de tabacos o aquellos que a los niños le brindan chocolates.

 

Ozama hermano triste, saludo tu comienzo de manos jaboneras, saludos tus corrientes de música botánica; saludo al mar Caribe que con sus sales locas te entrega un poema de broncos pleamares, te canto en tu llegar cantando al rompeolas, hasta que te disuelves entre las olas agrias.

 


Poema de José  Mármol al Ozama, Poema 24 al Ozama: acuarela (plaquette con grabados de Rufino de Mingo, Madrid, 1990).

 

Superficie de luces agotadas donde apenas el sonido de la sombra suena.

 

Yo te nombro ciudad irreal hundida en la penumbra de un recuerdo invernal.

 

El Ozama que fluye por cada objeto a la deriva es una historia.

 

El Ozama que sube del fondo de la noche hacia mi palabra.

 

Un pez flota suspenso entre la imaginación y un escarceo brillante de hojas secas.

 

El Ozama refugio del miedo de la noche y de toda la pobreza de unos hombres.

 

Largo testimonio de secretas temporadas de amor y de todo excremento vertedero.

 

Yo te nombro ciudad irreal hundida en la penumbra de un recuerdo invernal.

 

Cuando en la orgía de las horas oscuras no queda diferencia y el amanecer estalla en su maravilla cotidiana.

 

 Cuando el silencio penetra el aire ancho y el murmullo de los troncos y las piedras.

 

El río que hay en el Ozama empieza a sudar leche de luna y baba, empieza a mostrar sus ahogados, sus ángeles suicidas.

 

Sus dioses imperfectos.

 

Sus luases orinados, sus vírgenes violadas por murciélagos y sapos, los lanchones de hueso dejan la superficie cantando su retorno hacia lo profundo, todo mi cuerpo, toda mi memoria contenidos por el río que corre en el Ozama.

 

Todo mi ser desgonzado y transido.

 

Superficie de luces diluidas donde ya no se oyen las rancias velloneras.

 

Yo te nombro ciudad irreal hundida en la penumbra de un recuerdo fatal.

 


 

Técnica mixta sobre puente vespertino Por Alexis Gómez Rosa

 

El puente que cruza frente a mi casa une dos muertes.

 

Un puente majestuoso, corre ve y dile, de imposible arquitectura.

 

El puente rojo: cresta de nubes contra el Ozama tendido, abre ahora su horario de cangrejos y estrellas por la espigada ruta de un ojo vespertino.

                                                                                    

El puente sube a nadar y hasta desaparece, llevándose los carros de concho y los perros hambrientos los deseos de la tercera edad, sobre las aguas vidriosas del río de los malos negocios.

 

(Aunque usted no lo crea, es el mismo puente que atravesara veloz el amor hacia el banquillo del juicio final con su llorada corona de suplicios).

 

Un puente lejano, muy lejano, hecho de ceniza y tiniebla, se levanta frente a mis ojos bovinos, estragados, que se chuparán esta tierra los huesos, de dos amantes aferrados a su adiós.


  


 Siete (7) composiciones Por Homero Pumarol  en el año  (2000)

 

Cuando se precipita por las chimeneas dispuestas a llenar el cielo de chorros amanerados, el humo lechoso hace estirar el cuello de toda la industria.

 

Los trazos pueden verse claramente en el lomo desnudo del Ozama, que embarrado de aceite como un mecánico tras escuchar la sirena de las seis en punto corre a todo dar a emborracharse.


  


Any Other Night Por Juan Dicent (2006).

 

Esta noche es como las otras, el río Ozama hiede a animales muertos ¿por qué las calles están tan oscuras? En el carrito de hamburgers  la cocaína tiene más demanda que la mayonesa.

 

Esta noche es como las otras y Kurt Cobain  y  Jimi  Hendrix  y Che  Guevara en las paredes ¿qué tengo en común con esta  gente que corea  cualquier canción de Los Héroes del silencio?

 

Esta noche es como las otras, una mujer borracha baila exhibiendo su ombligo ¿cuál será su nombre?  Me llamo 1,500 pesos y un chorro de cerveza  le sale por las orejas.

 


 

Poemas  de Juan Pablo Duarte al Río Ozama.

 

Sirena del Rio Ozama del 1 de mayo de  1865

 

Cuando supo que había salido del suelo patrio el ejército español.“Cantad, alegres sirenas, Las del Ozama en la orilla, que ya para él no hay cadenas ni ya para él hay mancilla.                                          


No os cuidéis de los cantares que aborta mi fantasía, ni de los negros pesares que rasgan el alma mía.

 

Cantad, sirenas, cantad, cantad un canto por mí, que anuncie la Libertad al suelo donde nací´´.

 



Romance

Era la noche sombría, Y silenciosa y de calma; Era una noche de oprobio para la gente de Ozama. Noche de mengua y quebranto Para la Patria adorada.


El recordarla tan sólo el corazón apesara.

 

Ocho los míseros eran que mano  aviesa  lanzaba, en pos de sus compañeros  hacia la extranjera playa. Ellos que al nombre de Dios Patria y libertad se alzaran;

 

Ellos que al pueblo le dieron la independencia anhelada.

 

Lanzados fueron del suelo Por cuya dicha lucharon; Proscritos, si, por traidores los que de lealtad sobraban.

Se les miró descender A la ribera callada, Se les oyó despedirse Y de su voz apagada Yo recogí los acentos Que por el aire vagaban.

 



Rumor de río, primera novela de Luis Martín Gómez publicada en  septiembre de 2016

 

El periodista y escritor Luis Martín Gómez publicó Rumor de río, su primera novela, ambientada en los Doce Años de Balaguer.

 

“En el Ensanche Ozama, barrio de Santo Domingo localizado a orillas del río Ozama, un grupo de niños inicia la búsqueda de unas armas enterradas durante la Revolución de Abril de 1965, incidiendo, sin proponérselo, en el desenlace fatal de una célula guerrillera que luchaba contra el gobierno de los Doce Años de Balaguer”, informa el autor, dos veces premio nacional de cuento y premio nacional de literatura infantil.

 

 Luis Martin Gómez  añade que “el lector se entera fragmentariamente de esta historia a través de los recuerdos que, muchos años después, uno de los participantes en aquella búsqueda rescata para su padre, que ha perdido la memoria. En ese recorrido hacia el pasado, surgen recuerdos reales e imaginarios, algunos de los cuales el narrador-protagonista  desea  olvidar”.

 

Rumor de río fue editada  por Mar de tinta, bajo el cuidado de Laura Patricia Gómez. Está a la venta en Amazon.com y en el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana.

 

Sobre la obra, el escritor y crítico José Alcántara Almánzar dice que “hace acopio de un sinnúmero de referencias que permiten trazar el perfil sociocultural de un momento histórico definido por la frustración y la amargura de un cambio político abortado por la ocupación norteamericana y los Doce Años de Balaguer”.

 

De su lado, el escritor y catedrático de literatura hispánica Danilo Manera  afirma que “la primera novela de Luis Martín Gómez es sobrecogedora.  El autor nos tenía acostumbrados a una escritura en gotas –de lluvia, de vinagre o de miel.  Ahora fluye como un río,  draga las voces del barrio, con el recuerdo que se escapa hacia el olvido disfrazándose de ficción.  Es una bomba de relojería cargada de sardinas. Son palabras apresadas en una redada de chichiguas”.



 

César Sánchez Beras, diciembre de 2018

 

“Abuelo, llévame al río”, es un cuento escrito con la finalidad de rescatar al río Ozama.

 

Y, según anunciaron en una nota de prensa, está disponible para niños, padres y profesores en la web del Banco Central, en la sección Voluntariado Bancentraliano.

 

Los especialistas en educación afirman que los cuentos son un poderoso instrumento en el aprendizaje de los niños, porque sus historias y personajes ayudan a construir valores en sus mentes y a perfilar sus actitudes ante las experiencias que les ofrece la vida.

 

Es por esa razón, explican, el Voluntariado Bancentraliano (VB), brazo social del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), editó el cuento, un trabajo que busca concienciar a los niños y jóvenes de las escuelas básicas cercanas al nacimiento del Ozama, sobre la importancia de proteger este importante río así como las montañas y valles de su cuenca.

Una historia envolvente.

El autor del cuento es el escritor César Sánchez Beras, quien introduce a la lectura del mismo con un lenguaje atrayente y de calidad expositiva en la historia del abuelo Iván, un ser humano que alberga con el ejemplo valores, dedicación, amor y respeto por el medio ambiente y los animales.

 

Se trata de un personaje de sanas costumbres, que recibe la visita de su hija y sus tres nietos, Alejandro, Eva y Santiago.

Es a partir de ahí que se suceden situaciones tratadas con sutileza y humor, que desembocan en la visita del viejo y los niños al río Ozama, al cual prometen salvar.

El texto es complementado por bellas ilustraciones realizadas por el ilustrador Henry Cid, quien imprime el valor de la sencillez y la armonía estética propios de los cuentos infantiles, haciéndolo más atractivo.

 

En el texto de fácil lectura el abuelo, lleno de sentimiento, consciencia y amor por la naturaleza, describe el río Ozama a través de un poema que lee a sus nietos, describiendo el río que no es muy largo, que parece serpiente, con barcos arriba y peces abajo, las montañas alrededor, lo que va atrayendo a los nietos.

 

César Sánchez Beras es un escritor oriundo de San Pedro de Macorís; al presente reside en Lawrence, Massachusetts, Estados Unidos. César es ante todo poeta y decimero, como él mismo afirma, pero también escribe obras infantiles y de teatro y, por supuesto, cuentos. Su obra, El Sapito Azul, ganó el Premio Nacional de Literatura Infantil (2004). Ese mismo año, su obra Días de Carne ganó el Premio Nacional de Poesía Salomé Ureña de Henríquez, en la República Dominicana. César es poeta laureado de Cambridge College, de Cambridge, Massachusetts.

 

El texto Abuelo llévame al río tiene una especial significación para mí. A través de casi todos mis textos infantiles, el medio ambiente y los recursos naturales, la conservación del planeta y la vida en su forma más simple, son elementos fundamentales de mi escritura. El Voluntariado del Banco Central me dio la maravillosa oportunidad de aportar algo en ese sentido. El rescate del río Ozama y de otros ríos importantes del país es una tarea de todos y que mejor que hacer un llamado desde la literatura infantil, para los miles de niños y niñas que viven en la zona donde nacen estos ríos y afluentes.

 

He vivido fuera de la isla por 25 años, pero en ese tiempo he regresado tres veces por año al país. Eso me ha dado una visión más o menos abarcadora de lo que somos y de lo que soy en términos personales y como escritor. Me ha permitido poner en la balanza lo que acontece dentro y fuera de la isla.

 

En gran medida eso me ha dado una perspectiva más integral, si la comparamos con la visión de un autor que no haya salido del país. Pero no he dejado de ser dominicano en ningún momento ni he perdido mi identidad, diría que he sumado a las cosas que ya tenía, las nuevas experiencias que se derivan de ver otras culturas, y eso ha enriquecido mi visión como escritor.




Para el lunes 22 de marzo publicaré el Río Ozama y sus puentes   



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